Disposiciones finales para el ocaso en tu ventana
(o Testamento para Isabela)
He aquí tus ojos involucrados
en dos gotas de lluvia
y frío de estación.
Tu faz silente
en otros ruedos
rueda algarabía
tus labios dulces
un beso escrito.
Sean estas mis disposiciones finales
y tus manos hereden
lo que reste del poema.
Te cedo mis lunas de oro puro
y agua cristalina
mis canciones de cuna
en el silencio ornamental
de La Serena,
mis creaciones nuevas
en un disco de greda
un adiós en la avenida del mar
un amanecer llegado en barco.
Te heredo la luz de mis utopías
la aurora lejana de una mañana cansada
la tenue risa errabunda clandestina
posada en tus misterios.
Te dedico estos olores
a viento huracanado
y primavera insurrecta
dos golondrinas azules
una margarita para tu cabello.
Te obsequio mi caballo verde
mi ciudad baldía
esta hora de la noche
en Constelación de Orión
estas ganas de amar
antes que la cojan
el adiós y la distancia.
Te regalo la torpe soledad
de las lloviznas descubiertas
estos besos encerrados
que en tus labios encontraron
libertad.
Te brindo la osadía
y el regreso
el sepulcro que cobija
este cuerpo viejo,
los domingos de visitas
este nuevo encuentro
entre flores aromáticas
de verde cementerio.
Un final pausado
entre el silencio y tu mirada
esperando una navidad
que no tendremos.
ES ALGO MÁS QUE EL AMOR
Marcial Mendieta
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